lunes, 3 de marzo de 2008

ANOCHE NO DORMÍ


Y lo que hice no fue llorar, sino reírme. Me reía como loca, no podía dejar de hacerlo, había una sonrisita que no se me borraba con nada. ¿Por qué no puedo dormir? ¿Por qué la sonrisita? Mi esposo tenía calentura de la mala por una infección en la garganta, mi mamá igual. Mi hija (quien fue el epicentro de la enfermedad) ya se estaba recuperando, pero traía un genio de los mil demonios. Cada cinco minutos me decía su última palabra célebre (¡quite!). “Hija cómete la sopa” y ella contestaba “¡quite!” con su respectivo madrazo. Chamaca, ven a que te limpie la nariz, la única respuesta ya saben cuál era: “¡quite!” y manazo… Picky deja a esa perra en paz, no le jales la cola, “¡quite!” y golpe a la perra y luego a mí. Y pa que le sigo… imaginen el resto del día. A propósito de todo esto viene una reflexión. Siempre pensé que los niños que les pegan a los papás se ven horribles, pero ¿qué hace uno cuando recibe su primer manazo de su primer hijo? A uno no lo educan para eso (como diría el esposo de una amiga). Si le pegas, entonces eres incongruente, le dices que no golpee pero tu si lo haces. Si le dices “no pegues” es como si le dijeras lo contrario. Los castigos no sirven a los dos años, no tienen idea todavía de por qué los estás castigando, es decir, no relacionan causa-efecto. ¿Tons qué hacer? Yo encontré una solución parcial, hay que neutralizar la maldad del chamaco diciendo “Pedrito no pega, Pedrito es lindo y hace cariñitos” Funciona como magia, los niños se calman. ¿Será como lo dicen los churreros de la ley de la atracción que lo que rechazas es lo que más atraes? Bueno, ya me desvié bastante del tema, prosigo. Con este panorama adverso, en medio de tanto grito, manazo, berrinche, chillido, medicina, calentura (hago hincapié, de la mala), etc. ¿Por qué seguía sin dormir y con una sonrisita imborrable de mi boca? ¿Si debía de estar cansada y hasta la madre? ¡Ah! Olvidé comentar que hasta a la perra le dio chorro y tuve que limpiar muchas gotitas de chocolate del piso todo el día. Bueno, la respuesta parecí encontrarla a las 4 de la madrugada. “Mañana me voy a ir a desayunar con mis amigotas, y voy a dejar a la chamaca encargada con mi cuñada, tengo el plan perfecto”. ¿Habrá sido eso? Desde hace muchos años no me pasaba, creo que la última vez fue el día de mi boda, pero sólo se me quitó el sueño como por media hora, créanme, está cañón que algo no me deje dormir. Mi única explicación fue esa, estaba alborotada como quinceañera que se entera que al día siguiente se le va a declarar Brad Pitt. Total que al día siguiente me fui muy contenta a mi desayuno. La pasé bien, estuve sin sueño todo el día. Y al día siguiente en la noche ¿qué creen? ¿Adivinaron? Tampoco pude dormir (jajajajaja). Me tranquiliza saber que no estoy tan urgida que un simple desayuno me quitó el sueño (que por cierto ha sido como la tercera vez que voy a alguna reunión social sin mi hija desde hace dos años. Sin embargo la incógnita sigue. ¿Qué me está quitando el sueño? Mis líneas de investigación siguen sin cerrarse ¿La edad? ¿El medicamento que estoy tomando? Sabe, en cuanto sepa les digo.
Mientras tanto recomiéndenme un buen libro. No, mejor uno malo, de esos que dan mucha hueva.

Un beso…
Yo

1 comentario:

Unknown dijo...

Un tecito de 12 o 13 flores antes de acostarte y lo solucionas. Oye a mi sobrina le castigan la mano y si entiende, intentalo. Te puedo pedir un favor... graba el ¡quite! y pásamelo... me solidarizo contigo y lo pondré miles de veces al día... hasta que me deje de parecer gracioso. jajaja.